Toda persona con diabetes debe mantener unos niveles óptimos de glucosa
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una persona con diabetes cuando viaja es poder mantener un control cotidiano en su glucosa. Al salir de casa cambiamos de rutina, alteramos nuestro ritmo de vida habitual y nuestro cuerpo actúa de forma diferente, teniendo más o menos actividad física, comiendo más o menos saludable, y en general llevamos a cabo una serie de hábitos a los que nuestro cuerpo no está acostumbrado. Por eso es muy importante prestar atención a nuestros niveles de glucosa en sangre y seguir algunos consejos o pautas que nos pueden resultar de gran utilidad para evitar posibles hiperglucemias o hipoglucemias:
1. Si viajas a otro país, habla con el personal de enfermería especialista en diabetes o con el médico acerca del cambio horario de la zona a la que se viaja, para que puedan ayudar a modificar la pauta de insulina y las horas de administración de esta. Si se va a viajar hacia el oeste, el día será más largo, mientras que, si se viaja hacia el este, el viaje acortará el día.
2. Si el viaje es en avión, puedes pedir al equipo médico que te prepare un informe (preferiblemente en inglés) donde haga constar el diagnóstico de diabetes y la necesidad de poder llevar en cabina todo el material necesario para el control de la diabetes (agujas, plumas de insulina, glucómetro y demás material fungible en caso de utilizar bomba de insulina). Asegúrate de tener una bolsa o estuche adecuado para guardar la insulina y el resto de los materiales necesarios. También puede ser útil llevar una nevera portátil y un contenedor para deshacerse del material punzante. Recuerda que la insulina corre el riesgo de congelarse en las bodegas de los aviones y eso la podría hacer inutilizable. Durante el viaje, lleva contigo unos tentempiés adicionales en el equipaje de mano por si sufre retrasos.
3. Cuando prepares la maleta, es muy importante tener en cuenta cuánto material vas a necesitar durante el viaje y llevar siempre material de repuesto por si algo se dañara o perdiera. Es sensato tener dos equipos de insulina y sistema de medición de la glucosa y llevarlos en sitios separados (por ejemplo, uno en el equipaje de mano y otro en el del acompañante), por si uno de los dos se extravía.
4. Debes asegurar una correcta conservación de la insulina durante el viaje y a lo largo de toda la estancia. Recuerda que un bolígrafo de insulina no debe estar más de 30 días fuera de la nevera a temperatura ambiente, y que lo recomendable es conservarlos a una temperatura de entre 4-8º C.
5. En caso de utilizar bomba de insulina, es importante llevar siempre bolígrafos de insulina (lenta y rápida) para poder usarlos en caso de que por algún motivo la bomba fallase. También debes tener prevista una pauta de uso con horarios y unidades (coméntalo con tu equipo médico antes de viajar).
6. Toma nota de los números de contacto sanitarios en caso de emergencia. Si fuera necesario, ¿sabrías cómo conseguir insulina en la zona a la que viajas? Ten en cuenta que los nombres comerciales pueden variar de un país a otro, y para largas estancias deberás llevar encima una receta médica para poder comprarla en el país donde estés.
7. Es muy recomendable tener contratado un buen seguro de asistencia médica durante el viaje. Piensa que en algunos países no hay sanidad pública o esta es muy deficiente.
8. En caso de viajar en grupo, es recomendable que las personas que viajan contigo sepan cómo actuar en caso de que no te encuentres bien o sufras una hipoglucemia grave.
9. Si viajas a climas cálidos, mantén la insulina protegida de la luz solar directa y en un lugar fresco. Ten en cuenta que es posible que se absorba más rápidamente con el calor, por lo que será necesaria una mayor monitorización. Y, sobre todo, asegúrate de estar bien hidratado.
10. Por otro lado, si viajas a climas fríos, ten en cuenta que, en este caso, es posible que la insulina se absorba más lentamente. No permitas que se congele, ya que esto afectará a su acción. Finalmente, no olvides que los medidores de glucosa pueden verse afectados por altas y bajas temperaturas, así como por la altitud.
FUENTE: El Confidencial