Desde la plataforma que nos ofrece La escuela de Prudencio Rosique para ponernos en contacto con ustedes buscaremos la mejor manera para hablarles de la trilogía que forman la diabetes, el pie y el podólogo.
Lo primero que nos interesa a nosotros como profesionales sanitarios especializados en el cuidado del pie es prevenir las lesiones que pueden desencadenar una amputación que es la consecuencia más indeseable de las complicaciones de la diabetes en el pie. De la misma forma deben conocer el papel importante que puede desempeñar el podólogo en el cuidado de sus pies.
Hoy en día, se ha demostrado que la educación diabetológica es una gran arma para el paciente y su familia a la hora de combatir con su diabetes. Ya que se ha probado que los malos hábitos y el sedentarismo influyen en el fuerte incremento de la incidencia de la diabetes mellitus en nuestro país, así podremos decir que un buen estilo de vida nos aportará una mejor calidad de vida. Por eso mismo, debemos empezar a poner en marcha una buena educación a nivel podológico para que el paciente diabético vea porqué es tan importante la observación de sus pies y el ponerlos en buenas manos, para así evitar las tan temidas amputaciones.
La diabetes como enfermedad compleja que es, no solo es una alteración de la glucosa, sino que esta alteración metabólica influye a nivel de todo el organismo. Es por eso por lo que su tratamiento necesita un equipo multidisciplinar donde el centro de atención sea el paciente y la coordinación de los distintos profesionales implicados en cada caso sea diferente, pero a la vez conjunta. Este grupo de actuaciones deben ir encaminados a reducir la morbilidad, las secuelas y la mortalidad que produce la diabetes, mediante la PREVENCIÓN de todas las complicaciones que puede presentar.
Si hablamos de cifras a nivel del PIE se vuelven escalofriantes, más de 10.000 amputaciones al año practicadas a diabéticos, aproximadamente el 25% de las hospitalizaciones de pacientes diabéticos se deben a problemas en los pies y el tratamiento de las complicaciones del pie diabético incrementa hasta el 20% el coste social, y no hablemos del coste emocional que supone para el paciente que lo sufre. Por ello lo mejor es la visita periódica al podólogo para revisiones
Lo que será el mejor tratamiento del pie diabético. La prevención y detección precoz de cualquier problema que nos pueda provocar lesiones de mayor importancia en el pie que lleven a nuestros pacientes a limitaciones en su vida diaria, disminuyendo así su calidad de vida, debe ser nuestro principal objetivo.
El pie diabético: prevenir mejor que tratar
Como podólogos más que hablar de cómo tratar el pie diabético cuando ya ha aparecido un problema, lo que intentamos es tratar de educar al paciente que tiene diabetes para prevenirlo y minimizando así sus consecuencias.
Definimos pie diabético como una “Alteración clínica de base etiopatogénica neuropática inducida por la hiperglucemia mantenida, en la que con o sin coexistencia de isquemia, y previo desencadenante traumático, se produce la lesión y/o ulceración del pie”.
Esta definición nos dice que el pie diabético es un síndrome resultante de la intervención de diferentes factores sistémicos que son predisponentes, sobre los que actúan factores medioambientales o externos, que son los desencadenantes. La suma de predisponentes y desencadenantes no solo proporcionan la aparición de la úlcera, sino que contribuyen a su desarrollo y perpetuación en el tiempo.
Síntomas pie diabético: señal de alarma
Debemos estar atentos a nuestros pies, entre los síntomas iniciales que pueden alertar de tener pie diabético, y sobre los que habrá que consultar con un profesional sanitario, se encuentran:
- Sensación de hormigueo y entumecimiento: el paciente nota como si le clavaran alfileres o agujas.
- Dolor o ardor.
- Piel brillante y lisa en los pies.
- Pérdida de vello en la zona de piernas y pies.
- Pies hinchados.
- Falta de sudoración en los pies.
- Pequeñas heridas que no curan.
- Calambres en los gemelos al andar o descansar.
Diagnosticamos los problemas en el pie
Un paciente con diabetes tiene más riesgos de sufrir problemas en los pies debido a que los altos niveles de glucosa en sangre pueden afectar a la circulación sanguínea o provocar una alteración de la sensibilidad de las extremidades inferiores. Por ello, conviene que revisen sus pies a diario para poder detectar los síntomas iniciales, así como revisar el calzado que usa para retirar pequeños objetos que puedan lesionar el pie y valorar su buen estado de conservación interna y se debe realizar una evaluación anual del estado del sistema sensitivo y circulatorio para valorar el riesgo de padecer pie diabético, así como una buena valoración de la estructura del pie para saber si los puntos de sobrecarga que se pueden producir podrán incidir en una futura ulceración.
Las personas con riesgo de pie diabético pueden sufrir otros procesos asociados que incrementan los problemas del pie diabético, como las infecciones por hongos, eccemas o psoriasis.
Estas revisiones podológicas tienen como objetivo determinar el riesgo de pie diabético del paciente se utiliza un criterio de cribaje que valora el pie a nivel, vascular, neurológico y biomecánico (puntos de presión). Para ello se establece una clasificación (1970 describió el Dr. Wagner) que pretende unificar los criterios de diagnóstico del pie diabético de los profesionales sanitarios.
Por ello recomendamos, a grandes rasgos, una revisión anual en pacientes con larga evolución en diabetes tipo 1 y en el debut del paciente con diabetes tipo 2 del adulto. Ya que no sabemos cuánto tiempo han podido sufrir pequeñas elevaciones en los niveles de glucosa y si esa situación ha podido dañar nuestro sistema vascular y nervioso, además de valorar cual es el estado de nuestra estructura ósea y como afectan las presiones del pie para posibles lesiones.